Diáconos
Llamados al servicio
No es conveniente que nosotros descuidemos la palabra de Dios para servir mesas. Por tanto, hermanos, escoged de entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos del EspÃritu Santo y de sabidurÃa, a quienes podamos encargar esta tarea, Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio de la palabra. Lo propuesto tuvo la aprobación de toda la congregación, y escogieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del EspÃritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de AntioquÃa; a los cuales presentaron ante los apóstoles, y después de orar, pusieron sus manos sobre ellos.
Hechos 6:1-6
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Que son los diáconos
En el grado inferior de la jerarquÃa están los diáconos, que reciben la imposición de las manos «no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio». AsÃ, confortados con la gracia sacramental, en comunión con el obispo y su presbÃtero, sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad. Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la EucaristÃa, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura.
Lumen gentium 29, Concilio Vaticano II